El ambiente se enrarece al impregnarse de humo y cenizas Haciéndose agobiante y caliginoso La suela de mis negras botas pisa el suelo estéril y agrietado Pulverizando cráneos descarnados y cascarones vacíos de conciencia Mi presencia se hace latente y el cielo obscurece Mi capucha se agita ante el viento tormentoso Y mi capa ondea siniestra Soy el innombrable, la calamidad primigenia, el habitante antiguo Degeneradas sectas me han rendido sangriento culto También cretinos fanáticos y sin criterio propio me han adorado Mientras yo vomito indiferencia y mis carcajadas resuenan huecas